Voy a comenzar una especie de guía gastronómica versada en el tema de pintxos de diseño de los bares de aquí del Botxo (mención aparte merecen los pintxos donostiarras que a mi, particularmente, me vuelven loca).
Este primer capítulo lo voy a dedicar en exclusiva al
Casco Viejo, que además es el más frecuentado por los turistas de fin de semana.
Yo, intentaré ser objetiva. Nadie me paga, así que lo que cuente lo cuento como cliente sufridora. Pues anda que no tenía yo ganas de escribir sobre ello !.
Plaza Nueva. La más turística, la que viene en todas las guías a la que llegan hordas de turistas, plano en mano a los sitios recomendados.
Je..comenzamos...
Víctor Montes. El más famoso. Su barra de pintxos es inmensa. Lo recomiendan en todas las guías, siempre está imposible de gente. Tiene mil botellas de vinos, whiskys y demás licores. El pintxo de pan tostado con txangurro es un clásico. El sitio es bonito y merece la pena tomar algo allí. Se puede cenar también, tienen una pequeña carta. Además en la misma plaza han abierto una
alacena con productos delicatessen y una tienda de menaje para snobs? y perfumes para la casa. Los camareros, para mi gusto, están ya un poco mayorcitos. Yo pondría algo que motive más a las autóctonas, algún bombero de esos del calendario, quizás agosto? es una idea...(por si me lee el alcalde)
Café Bilbao. Otro clásico de Bilbao. Está en una esquina de la Plaza, tiene dos entradas y está pintado de azul bilbao. Está en continua renovación de pintxos. El sitio es casta y los camareros siempre, siempre son amables aunque el bar esté hasta las cartolas de gente. Es mi favorito de la Plaza Nueva, y sus pintxos: exquisitos. Los camareros son majísimos y encantadores. Ah! y super amables. El café también está bueno. Y es de los pocos sitios en Bilbao que se puede comer calamares aunque no sea domingo ni festivo (hombre!) y los camareros majos, pero majos eh?
Gure Toki. Tiene una buena barra de pintxos, aunque a mi no me gusta que sean tan grandes. Tiene bastantes fritos: croquetas, rabas., etc. Bacalao. Yo no suelo ir y si voy no como pintxo. Para mi gusto poco elaborados y hechos para llenar. Punto.
Zugarramurdi. Los pintxos de este bar me parecen super currados. La barra es espectacular. Continuamente están sacando pintxos de la cocina, y se puede ver al cocinero cómo los hace. Cosa, que en mi opinión, da confianza. El problema que le encuentro yo a este bar es el trato. De hecho, ya no voy. Los camareros son sobrados, graciosos y maleducados. Tratan al cliente a batalla. Es un bar que siempre está a tope, cuesta llegar a la barra. Y, el problema de muchos bares de Bilbao, sobre todo en el Casco es que, como creen tener ya todo vendido se olvidan de las formas. Y, aquí, eso se cuidaba mucho antes. Antes del Guggen, antes de ver turistas en Bilbao. Pero, creo que las formas no hay que perder. Sobre todo aquí, que si algo nos ha caracterizado siempre a esta ciudad es la hospitalidad y la amabilidad de sus vecinos ( alcalde me lees?? pues pon orden, leñe!)
Los Fueros. Está ya en el exterior de la Plaza Nueva, en un lateral de la misma, en la Calle Los Fueros. De aquí mencionar que, probablemente, tengan las mejores gambas a la plancha de Bilbao. Raciones de marisco (caracolillos, mejillones, navajas, etc) y rabas. Los camareros son prehistóricos, más antiguos que los del Víctor Montes. Las gambas riquísimas, eso sí.
Seguimos la ruta por el Casco y dejamos atrás la Plaza Nueva. Hay más bares de los mencionados...
Baste. En la calle María Muñoz, saliendo de la Plaza de Unamuno, junto al Museo Vasco. Los mejores mejillones rellenos que he comido nunca. Los zuritos los ponen muy bien pero de verdad, que os atienda el chico. Las chicas son espantosamente estúpidas.
Berton. En la calle Jardines. Éste y los dos que van a continuación (el Sasibil y el Bukoi) son del mismo dueño. Los tres me gustan mucho. El trato es amable, aquí si miran por toda esa gente que se deja casi los dientes por llegar a la barra. Y además, los pintxos exquisitos. Tienen una barra de pintxos fríos y además tienen unos cuantos calientes. Recomiendo el foie sobre manzana con mermelada de grosella y el medallón de solomillo. También tienen carta para sentarse a la mesa con unas cuantos platos tradicionales y alguna especialidad. Las cervezas muy bien tiradas.
Sasibil. En la Calle Jardines, enfrente del Berton. Los mismos pintxos que el anterior También tienen una pequeña carta y además sirven platos en barra: entrecot, albondigas, etc.. Recomiendo las rabas vegetales (hechas con pimiento verde) o las de calamar.
Bukoi. Calle Nueva, Sasibil adelante viniendo del Berton, primera calle a la derecha. Mismos pintxos que los dos anteriores, tanto fríos como calientes. Aquí la especialidad es el jamón de bellota. Lo cortan con una máquina manual de mil novecientos veintialgo. Tienen carta también con bastantes especialidades.
Gatz. En la calle Santa María. Un clásico de pintxos, recomendado en todas las guías. Tiene un montón de premios en concursos. Recomiendo el pintxo de bacalao al pil-pil y el de tortilla de morcilla. Aquí, es al revés que en el Baste, que no os atienda ÉL. Ellas son majas.
Irrintzi. Calle Santa María. Este es el más moderno de todos, es hasta fashion. Los pintxos: vanguardistas, pero muy currados. Recomiendo probar, todos tienen su cartelito con lo que lleva. Los hay hasta de ancas de rana. De los camareros de este bar, fíjate que no voy a comentar nada porque de la que empiece no paro. Sudores me entran tan sólo de pensarlo. Pero como dice mi Olivier a mi me va la marcha y vuelvo. Y encima lo recomiendo...
Txiriboga. Calle Santa María. Es una tasca. No tiene ningún encanto. Probablemente no lo recomienden en ningún sitio pero tiene las mejores croquetas del Mundo. Ahí queda eso.
Xukela. Calle Del Perro. Es mi favo. Me encanta este bar desde que lo conocí hace muchos años. No tiene muchos pintxos y todos giran alrededor de los quesos, los patés y los embutidos. Es un sitio muy especial. Muy coqueto, decorado con un montón de cuadros y con objetos de viajes. Se puede cenar de picoteo: quesos, embutidos, patés, vinos y pan. Los camareros son amables, simpáticos y agradables. Aquí descubrí yo unos pimientos rojos pequeñitos rellenos de queso que me tienen enamorada pero que no consigo encontrar en ningún sitio.
Estos son los que frecuento, hay muchos más y seguramente cada bilbaíno podría hacer su guía. Me he dejado la calle Somera con sus champiñones a la plancha, el
bar de las anchoas en la Calle Pelota, justo al lado del Lamiak (ojo con su tarta de chocolate, es de pecado).