Déjame mirarte a los ojos.
Quiero saber cómo estás.
(Rainer W. Fassbinder)
Mira, ha entrado mayo,
Ha extendido su párpado azul sobre el puerto.
Ven, hace tiempo que no sé de ti,
Se te ve tembloroso, como esos gatitos que ahogamos siendo niños.
Ven, y hablaremos de las cosas de siempre,
Del valor que tiene ser amable,
De la necesidad de arreglárselas con las dudas,
De cómo llenar los huecos que tenemos dentro.
Ven, siente en tu rostro la mañana,
Cuando estamos tristes, todo nos parece oscuro;
Cuando estamos fuertes, el mundo se desmigaja.
Cada uno de nosotros guarda algo desconocido de las vidas ajenas,
Sea un secreto, un error o un gesto.
Ven y pondremos verdes a los vencedores,
Saltaremos desde el puente riéndonos de nosotros mismos.
Contemplaremos en silencio las grúas del puerto,
Porque estar juntos en silencio es
La mejor prueba de la amistad.
Vente conmigo, quiero cambiar de país,
Dejar este cuerpo mío a un lado
Y meterme contigo en una concha,
Con nuestra pequeñez, como los bígaros.
Ven, te espero,
Continuaremos la historia interrumpida hace un año,
Como si no tuvieran un círculo más
los abedules blancos de la rivera.
Quiero saber cómo estás.
(Rainer W. Fassbinder)
Mira, ha entrado mayo,
Ha extendido su párpado azul sobre el puerto.
Ven, hace tiempo que no sé de ti,
Se te ve tembloroso, como esos gatitos que ahogamos siendo niños.
Ven, y hablaremos de las cosas de siempre,
Del valor que tiene ser amable,
De la necesidad de arreglárselas con las dudas,
De cómo llenar los huecos que tenemos dentro.
Ven, siente en tu rostro la mañana,
Cuando estamos tristes, todo nos parece oscuro;
Cuando estamos fuertes, el mundo se desmigaja.
Cada uno de nosotros guarda algo desconocido de las vidas ajenas,
Sea un secreto, un error o un gesto.
Ven y pondremos verdes a los vencedores,
Saltaremos desde el puente riéndonos de nosotros mismos.
Contemplaremos en silencio las grúas del puerto,
Porque estar juntos en silencio es
La mejor prueba de la amistad.
Vente conmigo, quiero cambiar de país,
Dejar este cuerpo mío a un lado
Y meterme contigo en una concha,
Con nuestra pequeñez, como los bígaros.
Ven, te espero,
Continuaremos la historia interrumpida hace un año,
Como si no tuvieran un círculo más
los abedules blancos de la rivera.
Kirmen Uribe
Cuando Patxi López eligió este poema para leerlo en su acto de investidura me sorprendió. Kirmen lleva años haciendo navegar sus versos, primero desde la orilla del puerto de Ondárroa y después desde la orilla del Hudson, en Manhattan. Pero fue en el New Yorker donde primero publicaron este poema, en inglés. Ahora ya ha llegado su reconocimiento, ha publicado su primera novela y Kirmen Uribe tiene un sitio en la narrativa actual. Pero se lo ha ganado a pulso. Han sido años de ser poeta, de madurar versos a la sombra de las escasas higueras que quedan en este país.
Años pisando salas de bibliotecas leyendo poemas, ante un escaso público, en las semanas de la poesía que organizan los Ayuntamientos y que, curiosamente, no duran más de tres días.
Espero que no se deje embriagar por los efluvios de esa popularidad que le ha traído una novela y nos deje huérfanos de esa poesía que nos alimentó, a algunos pocos, durante estos años.
11 comentarios:
Estar juntos en silencio es, también, la mejor prueba del amor. La del algodón. Gracias por haberme dado a conocer este poema tan hermoso de un poeta que hasta hoy era para mi desconocido.
Un fuerte abrazo
Carlos
No dejará de hacer poesía. Si la escribe tan bien, es porque está arraigada a su alma de forma inseparable.
OLI I7O
No conocía este poeta, pero es... de lo más !!!!Gracias por darme la posibilidad de leerlo.
Te seguiré en tu blog.
Salutacions
Abulafia
Kirmen Uribe ha pasado a ser una de mis próximas adquisiciones y formará parte de mi incipiente biblioteca.
Un placer este momento de lectura.
Gracias Camille.
Qué gran poema.
Seguro que su novela será diferente. Esperaremos a ver.
Un beso.
Me ha encantado, y no tenía a bien conocerla.
REconozco pues, Camille, mi ignorancia sobre este interesante autor.
Sabía del nombre de Kirmen Uribe en la poesía pero no sabía que ahora hubiese publicado como novelista.
biquiños,
(Guiño)
Qué poema más precioso.
Mayo de 2011, un año después de esta entrada tuya, ha sido un mes extraordinario, lleno de fuerza y compromiso. Ojalá sepamos perdurarla...
Un abrazo, Camille. Después de tanto tiempo.
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