miércoles, marzo 12, 2008

Easter Holydays...

Imagino que todos tenemos un lugar en el Mundo que nos atrae irremediablemente, sin saber bien el porqué.
O, en algunos casos, con la fortuna de, quizás, conocer la razón de esa atracción.

Yo me siento atraída por todos los lugares que no conozco y por la mayoría de los que ya he conocido.
Generalmente me gustan todos los sitios o países que visito, sus gentes, sus comidas, sus museos, sus tiendas y sus paisajes. Siempre regreso a casa con la sensación de haberme querido quedar y con la promesa de hacer todo lo posible por volver. Si que tengo predilección por alguna ciudad o país en concreto pero jamás he estado en algún lugar al que no volvería.
Creo, que nunca se llega a conocer del todo un lugar, ni siquiera ése en el que se vive.

Tengo tantos lugares soñados pendientes de conocer que no sé si la vida me alcanzará a lograrlo.

Pero si hay una ciudad delirio para mí, si hay un lugar con el que sueño desde niña con pisar es New York.

Walt Whitman escribió que la mejor medicina para el alma era cruzar a pie el puente de Brooklyn.
Y todos sabemos que Whitman no regalaba nada.
Cuando yo leía a Whitman era esa época en la que el alma está un tanto turbia y el corazón desbocado, así que imaginar una medicina para el alma y además llena de mástiles, se me antojaba de lo más romántica y novelesca.

Después, he ido buscando yo a New York, cada historia que leía, cada imagen que veía , cada película, cada libro hacían que me enamorara más de una ciudad que no sabía si algún día iba a conocer. Me atrae todo lo relacionado con ella, sobre todo si es en forma de historias urbanas y mundanas.
A veces, era ella la que me encontraba a mí disfrazada de poema, novela, musical o [incluso] serie televisiva. He llegado a conocer cada calle de Brooklyn de la pluma de Auster y los garitos, restaurantes y tiendas fashion de Manhattan de la estela que dejaban a su paso los tacones de Carrie Bradshaw.

A los veinte avisé que los treinta los celebraría en New York. Había que poner una fecha. Pero los treinta llegaron y pasaron sin pena ni gloria. Bueno, con la pena correspondiente, eso sí, pero sin billete de avión a la city. Se celebraron en el Botxo y poco, por la correspondiente crisis de los treinta, que ya ni recuerdo….

Supongo que la tengo idealizada, mitificada y totalmente vanagloriada. Pero también sé que el día que ponga un pie sobre una de sus aceras me sentiré un poco como en casa. Porque son tantos años de soñarla que ya es un poquito parte de mí. Somos también una parte de lo que deseamos.

Ahora, es lógico que no pueda evitar los nervios y cierto temblor en las manos. Ese sudor frío en la nuca que provoca la proximidad del cumplimiento de un viejo sueño. De un viejo destino [o predestino].
Nos vamos a New York este sábado a pasar la Semana Santa. Nuestras últimas vacaciones solos. Pues aunque ella también viene, afortunadamente no paga viaje….

Así que respiro hondo y profundo para decir que por fin…….lo he conseguido!

viernes, marzo 07, 2008

Bloody Mary...


Los ingredientes:
  • Hielo
  • 3/4 Jugo de tomate
  • 1/4 Vodka
  • Una gota de zumo de limón
  • Una gota de salsa Perrins
  • Una gota de Tabasco
  • Sal y Pimienta recién molida.
Siempre me ha gustado este cocktail. Lo he tomado mucho, pero en especial esos domingos al mediodía en los que la cabeza parecía a punto de estallar y el estómago no admitía mucho. Un Bloody Mary, unas patatas fritas y fuera resaca. Mano de santo.
Ahora, lo he rescatado y casi lo tomo a diario. Eso sí, sin vodka y con algo más de pimienta. Acabo de enterarme que al Bloody Mary sin alcohol se le conoce como Virgin Mary. Curioso!
(Extraído de univisión.com):
Aunque nadie sabe realmente cómo, cuándo ni dónde hizo su aparición el Bloody Mary, cobra mayor fuerza la historia del estadounidense de origen francés Fernand Petiot, propietario de un bar en París en los años 20.
Acostumbraba a mezclar vodka y jugo de tomate en partes iguales. "En 1934 llevó su fórmula a Nueva York y trabajó en el famoso bar de King Cole en el hotel St. Regis de la capital del mundo. A pedido de neoyorquinos sofisticados le agregó pimienta, salsa Worcestershire y limón y, para aquellos que tuvieran más espíritu, le añadió un poco de tabasco", cuenta el brasileño Edson Silva, barman de un restaurante en Manhattan.


Existen otras suposiciones sobre el origen de la bebida: que fue creada por un barman inglés para recordar a la reina María I de Inglaterra, famosa por sus persecuciones religiosas, de ahí su traducción María la Sangrienta (Bloody Mary).Otra, que también tiene sus seguidores, asegura que la bebida hizo su aparición al finalizar la Segunda Guerra Mundial como el mejor antídoto contra la resaca.
Dicen los expertos que el Bloody Mary es exigente, ya que no se debe tomar en cualquier cafetín o discoteca, ni en lugares penumbrosos u oscuros. Obliga a tomarlo donde haya mucha luz y en sillas muy confortables."Sirve para celebrar triunfos o contratiempos, pero jamás para iniciar o terminar grandes negocios", afirma Rodrigo Martelo, ejecutivo de una multinacional en Miami.

miércoles, marzo 05, 2008

A dónde van los sueños?...

En la tercera planta del Guggenheim y desde el viernes 29 de febrero se puede disfrutar de la nueva exposición Cosas del Surrealismo. Organizada por el Victoria and Albert Museum de Londres y con una escenografía diseñada por el equipo de arquitectos londinense Metaphor.

Son 250 objetos pertenecientes a colecciones públicas y privadas de todo el mundo. Mobiliario, pintura, esculturas, vestuario, joyas, cerámica, textiles, fotografía y cine distribuidos en cinco secciones temáticas: El ballet; El Surrealismo y el objeto; El interior ilusorio; La naturaleza se vuelve extraña; y La exhibición del cuerpo.

Cosas del Surrealismo es la primera muestra que analiza la forma en la que muchos de los artistas surrealistas se fueron introduicendo en el mundo del diseño, al tiempo que los diseñadores comerciales se sirvieron del Surrealismo como fuente de inspiración
.

Dos de los mayores protagonistas y los más agasajados en esta exposición son Dalí, por su gran producción dentro del movimiento surrealista y Peggy Guggenheim, como la poseedora de la colección de arte surrealista más importante del mundo.

Un lujo de exposición para los más soñadores. E, incluso, para los incrédulos.
Porque, realmente, a dónde van los sueños?