lunes, marzo 16, 2009

Aire libre...


Si, como dice el bolero, veinte años no es nada, qué o cuánto son treinta años?. Hoy, a las siete y media de la tarde en la biblioteca de Bidebarrieta. Treinta años de su muerte. Me hubiera gustado conocerle, pasear con él y mirar escaparates juntos. Vendrá alguien detrás de estas palabras a decir que fue un triste. Pero acaso no hay que ser triste e incluso un poco moñas para escribir poemas que derritan el alma?, acaso no hay que irse a Madrid, en ocasiones, para llorar Bilbao?. No se quedaba pequeño el vate, Neruda, cuando escribía sobre Chile o sobre Matilde?. Pues eso...
Un brindis por Blas, que sonreía de lejos a los árboles y escupía sobre los curas...
Si algo me gusta, es vivir.
Ver mi cuerpo en la calle,
hablar contigo como un camarada,
mirar escaparates
y, sobre todo, sonreír de lejos
a los árboles...
También me gustan los camiones grises
y muchísimo más los elefantes.
Besar tus pechos,
echarme en tu regazo y despeinarte,
tragar agua de mar como cerveza
amarga, espumeante.
Todo lo que sea salir
de casa, estornudar de tarde en tarde,
escupir contra el cielo de los tundras
y las medallas de los similares,
salir
de esta espaciosa y triste cárcel,
aligerar los ríos y los soles,
salir, salir al aire libre, al aire.
(Aire libre, Blas de Otero)

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues bridemos por Blas.

AdR dijo...

Y pasa de elefantes a besar tus pechos con una facilidad... única.

Alucinante.

Besos.

Eros dijo...

Besar tus pechos, echarme en tu regazo y despeinarte, tragar agua de mar como cerveza amarga, espumeante..
Me quede prendido a esas lineas ahi
te las devuelvo..
Besos para vos..
Eros.....

matrioska_verde dijo...

fantástico poema, no lo conocía... me ha encantado.

bicos,

Camille dijo...

elo, brindemos, pues!

Ángel, sí, y luego les escupe a los curas y a los militares...sin olvidarnos de los camiones grises ja ja ja

Eros, gracias por tu visita. He estado a la mañana en la tu cara oculta de la luna, muy original!

Aldabra, me alegro mucho de que te haya gustado el poema, a mi me encanta, de hecho unos versos suyos dan la bienvenida a mi blog

Eros dijo...

Camille...
Sabes gran gusto me dio el verte x este lado de la luna..
Rendirme??, NO, no no existiria más
vivo solo para aMar, y ya la huelo.
Ya la presiento que esta cerca a mi
ventana..
Una estela de besos para ti Camille
y te guien para que regreses..
Eros......

Rubén dijo...

Me encanta Blas de Otero, sería un triste pero sabía contar algo, no se limitaba a soltar palabras al vacío.

TORO SALVAJE dijo...

Acabas de inocularme un deseo. No lo he leído apenas y al leer esta poesía me han entrado muchas ganas de hacerlo.

Gracias por dar el paso, prometo volver.

Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Ahora
voy a contar la historia de mi vida
en un abecedario ceniciento.
El país de los ricos rodeando mi cintura
y todo lo demás. Escribo y callo.
Yo nací de repente, no recuerdo
si era sol o era lluvia o era jueves.
Manos de lana me enredaran, madre.
Madeja arrebatada de tus brazos
blancos, hoy me contemplo como un ciego,
oigo tus pasos en la niebla, vienen
a enhebrarme la vida destrozada.
Aquellos hombres me abrasaron, hablo
del hielo aquel de luto atormentado,
la derrota del niño y su caligrafía
triste, trémula flor desfigurada.
Madre, no me mandes más a coger miedo
y frío ante un pupitre con estampas.
Tú enciendes la verdad como una lágrima,
dame la mano, guárdame
en tu armario de luna y de manteles.
Esto es Madrid, me han dicho unas mujeres
arrodilladas en sus delantales,
éste es el sitio
donde enterraron un gran ramo verde
y donde está mi sangre reclinada.
Días de hambre, escándalos de hambre,
misteriosas sandalias
aliándose a las sombras del romero
y el laurel asesino. Escribo y callo.
Aquí junté la letra a la palabra,
la palabra al papel.
Y esto es París,
me dijeron los ángeles, la gente
lo repetía, esto es París. Peut-etre,
allí sufrí las iras del espíritu
y tomé ejemplo de la torre Eiffel.
Esta es la historia de mi vida,
dije, y tampoco era. Escribo y callo.

Blas de Otero


Hace ya muchos años, demasiados, un Garaicoetxea desconocido para mí, leía desde un balcón de la Plaza Nueva, un poema en homenaje a Blas de Otero, también desconocido para mí.
Después el tiempo ha pasado rápido - ah, qué rápido- y conozco bien a Blas de Otero.
Lástima que ahora apenas sé quién soy yo.

salva dijo...

Precioso poema y sensacional blog, mis felecitaciones. Son millones de caminos los que nos ofrece internet y muy pocos tan extremadamente hermosos como este.
Lo dicho felicitaciones, tienes un blog color cielo de verano.

salva