Si hay un lugar en el que se cruzan los caminos, además del Madrid que cantaba Sabina, es Gernika. Villa foral. Pueblo. Hoy ciudad mundial por la paz.
Si alguien ha visto cosas es ella. Pintada hasta la saciedad, no ella sino su derrota, pocos conocen su verdadera imagen. Cruce de caminos a los sitios más bellos que conozco, a la reserva de la biosfera del Urdaibai y a los pueblos más hermosos de Euskadi. A los más duros.
Para muchos es el nombre de un cuadro. Para otros una ciudad devastada por un bombardeo. Para algunos pocos el label de unos pimientos, de unas alubias o de unas morcillas.
En Gernika, enclave privilegiado de esta, mi Bizkaia, se cruzan los caminos. Desde Gernika se puede ir a cualquier sitio....
También al cielo.
3 comentarios:
Si la foto corresponde a la realidad es realmente precioso, un paisaje encantador y entrañable.
Besos
Gernika está llena de mis recuerdos.
Algunas de sus gentes y sus rincones.
Concretamente una historia (con nombre femenino).
Cosa curiosa, Gernika es propicia a muchas cosas (menos a eso).
Otro día te lo cuento.
...propicia a muchas cosas, menos a...? Venga! no me dejes con la intriga...
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