“Olas gigantes de la mar bravía
que canta el sueño férreo de Vizcaya,
cunada en el sosiego de esta playa,
os sueña con morriña el alma mía”.
que canta el sueño férreo de Vizcaya,
cunada en el sosiego de esta playa,
os sueña con morriña el alma mía”.
Se presume de que fue uno de los hijos predilectos de la villa. Alguien que, lejos de su Bilbao, se pasó la vida recordándolo. Llorándolo. Con morriña. Pero el sábado pasado, 29 de Septiembre, fue su cumpleaños y no tuvo tarta con velas.
Unas flores en su Plaza, el día anterior.
Anónimas.
Y nada más...
Demasiado románticos los hijos de esta villa.
Demasiado rencorosa ella.
“¡Oh mi Bilbao, mi Bilbao,
mi dulce pasado!, ¿no eres
tú acaso toda la eternidad de mi
porvenir?"
12 comentarios:
Poco se podía esperar más que esas flores olvidadas en su plaza. Tal vez, cuando las fiebres identitarias se vean diluidas en otras fiebres de mayor hondura, todos acá comencemos a honrar la sabiduría de quienes, entre nosotros, supieron estar muy por encima de los lugares comunes y de las voces sospechosamente unánimes. Te felicito mucho por este espacio, donde la ancha visión de una ciudad que no es la mía la está convirtiendo en algo propio...
Un saludo
Carlos
Quizá deberíamos aprender a perdonarnos todos. Es el primer paso para amarnos.
El pobre don Miguel murió en Salamanca, zarandeado y probablemente de vergüenza. Ya se ha hablado mucho de todo eso. Pero te lo juro: a mí me sigue produciendo escalofríos ese final esperpéntico y brutal.
Celebremos, pues, su cumpleaños. ¡Pobre don Miguel, que siempre echó de menos la niebla y que le arrancaron de cuajo hasta esa morriña!
De todo Unamuno me quedo con ese Paz en la guerra, que seguro que has leído y que si no, no sé que haces que no corres a Verdes (ahí, al lado de tu casa) y lo devoras con pasión bilbaína.
El pobre D. Miguel fue zarandeado en Salamanca, pero aquí, en su ciudad, aún hay quién zarandea su memoria negándole hasta el recuerdo. Hasta tiran su cabeza a la ría. Y eso que llevaba boina, lástima que no tenía carnet, o el carnet apropiado, o no se callaba, o sigue siendo incómodo tantos años después.
A lo nuestro, lee Paz en la guerra, (y alucina, no ha cambiado nada)
Nadie sabe que pasará mañana.. ni donde estaremos..
la casualidad me ha traido a tu blog.. para encontrar a unamuno vestido de mujer.. y de ciudad..
Un abrazo y un placer leerte.
Pues esto lo dice todo:
"Desde mi cielo a despedirme llegas
fino orvallo que lentamente bañas
los robledos que visten las montañas
de mi tierra, y los maíces de sus vegas.
Compadeciendo mi secura, riegas
montes y valles, los de mis entrañas,
y con tu bruma el horizonte empañas
de mi sino, y así en la fe me anegas.
Madre Vizcaya, voy desde tus brazos
verdes, jugosos, a Castilla enjuta,
donde fieles me aguardan los abrazos
de costumbre, que el hombre no disfruta
de libertad si no es preso en los lazos
de amor, compañero de la ruta."
Y se titula "De vuelta a casa"...
Todos necesitamos abrazos...
P.D. A mi me atrapó perdidamente "Niebla"
Yo de Unamuno me quedo con El árbol de la ciencia y sobre todo con Vida de Don Quijote y Sancho, todo un libro.
Pero no estamos a su altura los bilbainos de hoy en día. ¿Unas flores en su ridículo monumento?, y mejor ¿ por que no lo incluyen en las ikastolas?
Somos tribales hasta el hartazgo.
Hace cientos de años en la facultad (literatura contemporánea española) "Niebla" era lectura obligatoria. Había que leerla, reseñarla y llenar por lo menos tres folios. Nadie nos dijo que había que entenderla. Y nos reíamos de que don Miguel dijera que no era una novela sino una "nivola" y poco más.
Han pasado los años, y en este sentido supongo que afortunadamente para mí, y de don Miguel me queda el "San Manuel Bueno, mártir", "Abel Sánchez", un poco "La tía Tula" y también, desde luego, "Paz en la guerra". Pero no he vuelto a leer "Niebla" desde hace ¡terinta y siete años!. Lo voy a hecer enseguida (soy bastante disciplinado) en tu honor y en el de tu pueblo. Y en el de don Miguel. Y también en el mío, ¿por qué no?.
Dejo también mi pequeño tributo al gran maestro bilbaíno (no hagas que el rencor sea femenino aunque en tu discurso no cabe de otra forma). Me entusiasma D. Miguel cuando grita ¡Viva la vida! frente a Millán Astray.
Creo que la morriña es como un puñal clavado en el corazón. Si lo mueves, sangras. Me puedo identificar con la morriña de Miguel de Unamuno, nuestro gran humanista y pensador, que con sus palabras me recuerda mi propia morriña neoyorkina.
Querida Camille, un abrazo, de vuelta, sin Serenatas de Nueva York, buscando un camino, conectado de nuevo con vosotros. Te dejo un párrafo de Niebla: "Caminamos, Orfeo mío, por una selva enmarañada y bravía, sin senderos. El sendero nos lo hacemos con los pies según caminamos, a la ventura. Hay quien cree seguir una estrella; yo creo seguir una doble estrella, melliza. Y esa estrella no es sino la proyección misma del sendero, al cielo, la proyección del azar".
Joxín, majo, a ver cómo te lo digo....sssshhhhh (el árbol de la ciencia es de Baroja)
Manuel, estoy segura de que esta vez al releerlo será diferente. A mi lo que me gustó muchísimo de Niebla (yo también lo leí obligada en clase de Literatura, pero hace menos que cien años ja ja ja) fue los recursos literarios tan innovadores, o al menos para haber sido escrito cuando fue escrito. Me pareció muy original y totalmente diferente a lo que había leído hasta quél momento. Luego lo relei de más mayor y también me encantó.
La tía Tula también es excepcional. Dice mi O. que es increíble la tensión sexual que se respira en todo el libro sin hacer mención a ella. Que la atmósfera llega a ser claustrofóbica. Es uno de sus libros favoritos.
Lamento decir, ya se lo dije a Pedro en otra ocasión, que no he leído Paz en la guerra..
Delantal, he utilizado el femenino porque me refería a una ciudad. Aunque yo pienso que el rencor no tiene sexo y tiene ambos a la vez...
Billywild. Qué alegría!!! Qué tal estás? Suelo pasarme por Serenatas a menudo para ver si hay movimiento. Tómate tu tiempo, te esperamos.
Yo estoy segura de que encontrarás rápido ese camino.
Un abrazo muy fuerte, campeón.
joer estoy tonto, Baroja y el arbol me han liado. Estoy leyendo unos escritos sobre Euskalherria en la fase "radikal" unamuniana. La figura del roble esta presente en toda la primera parte. Si a alguien le interesa la edicion (muy bonita ademas) es de Bidebarrieta Kulturgunea.
Perdonad mi "lapsus", toi tonto
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