"Nunca habían compartido escenario: Nuria Espert, José Luis Gómez y Lluís Homar. Por fin podrán odiarse a muerte, en esta relectura del suizo Dürrenmatt de la Danza macabra de August Strindberg. “De un drama burgués nace una comedia sobre el drama burgués: Play Strindberg.”En doce asaltos, vemos a un matrimonio en vísperas de su 25º aniversario: Edgar, “autor militar desconocido en el mundo entero”, y Alice, “vieja actriz desarbolada”, reciben la visita del primo Kurt, nuevo director del lazareto de la isla donde viven. El personal de servicio los ha abandonado. Reina la miseria. Ya sólo late en los cónyuges una frialdad de proporciones grotescas, y el profundo placer de herir al otro... ya que “vengarse es divertido”, como afirma Alice.
La obra tiene una duración de hora y media, pero hay ocasiones en las que se hace pesada y opresiva. Son tres monstruos, sí. Es un duelo a tres. Una obra muy coral, a tres voces. Pero no brillan, y no creo que tenga nada que ver con los tres actores, que son soberbios, ni con la dirección. Sino en la obra en sí, que la encuentro desfasada y trasnochada. No es una obra que sobreviva al paso del tiempo y que tenga buena vejez, como pueda ser cualquiera del maestro Shakespeare o de Lorca. O quizás el fallo está en la adaptación por parte de Dürrenmatt.
Yo me esperaba más de ella, y no es que no me haya gustado, pero esperaba una adaptación más temporal, más cercana. Tal como está escenificada, en doce asaltos y un final, junto con el dinamismo en cuanto a música e imágenes proyectadas en el escenario y teniendo en cuenta que es de poca duración, debiera ser mucho más ágil de lo que es. Y ahí es donde radica el único fallo que le encuentro. El guión es pobre, lento y repetitivo. Hay escenas muy buenas que se alternan con escenas extremadamente lentas y hace perder la cadencia.
Por lo demás, fenomenal. Me alegré de ver a Nuria Espert, que tiene una vejez maravillosa y cada día está más estupenda y más guapa.
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