
"Porque si no mueren las almas, está muy bien que en sus despedidas no haya énfasis". (Borges)

"Porque si no mueren las almas, está muy bien que en sus despedidas no haya énfasis". (Borges)

El 19 de octubre de 1997, hace exactamente 10 años, el Guggenheim abría sus puertas en Bilbao. Ha sido hoy, por tanto, el día elegido para la inuguración oficial de "Arcos Rojos", de Daniel Buren.

EL AMOR DIFÍCIL
Quizá tú no me viste,
quizá nadie me viese tan perdido,
tan frío en esta esquina. Pero el viento
pensó que yo era piedra
y quiso con mi cuerpo deshacerse.
Si pudiera encontrarte,
quizá, si te encontrase, yo sabría
explicarme contigo.
Pero bares abiertos y cerrados,
calles de noche y día,
estaciones sin público,
barrios enteros con su gente, luces,
teléfonos, pasillos y esta esquina,
nada saben de ti.
Y cuando el viento quiere destruirse
me busca por la puerta de tu casa.
Yo le repito al viento
que si al fin te encontrase,
que si tú aparecieses, yo sabría
explicarme contigo.
(Luis García Montero)

Art in the USA: 300 años de innovación pretende dar una visión de conjunto del arte de una nación que lucha por definirse. 200 obras de arte nos muestran el resultado de la experiencia no.
Instituida en 1964, por el añorado DON EPI (Epifanio Mezo, a la sazón párroco de la Basílica Catedral del Señor Santiago y buen txikitero) en el día 11 de octubre, con el propósito de dedicar un recuerdo anual a los txikiteros fallecidos coincidiendo con la conmemoración de la festividad (no feriada) de la Patrona de Bizkaia, la Amatxu de Begoña, la FIESTA de los TXIKITEROS, a la que progresivamente se ha ido dotando de mayor trascendencia y contenido, es un homenaje a los hombres y mujeres que han sabido mantener la costumbre del txikiteo, como una forma típicamente vasca de relación cívica, de vital importancia para garantizar la pervivencia de la solidaridad y la cohesión social, y un acto de reivindicación festiva de los beneficios morales que ello comparta tanto para la persona como para la colectividad.

Éste es un diccionario de la lengua bilbaína. Una guía imprescindible para andar por aquí y por allí en Bilbao. Superprecisa. Con sinónimos, antónimos y todo eso. Una pasada de guía.
Gracias al chivatazo del bueno de Glup nos enteramos del comienzo de una exposición en el carismático Mercado de la Ribera. En la segunda planta, un espacio de 3.600 metros cuadrados acoge la exposición The Awakening, desde el 28 de septiembre hasta el 30 de noviembre. La última planta del mercado, dedicada antiguamente a los productos de huerta de las aldeanas, había quedado completamente vacía durante años hasta que se han empezado a organizar exposiciones temporales de arte e incluso desfiles. Emilia Epelde y Mikel Mardaras, de la galería de arte Epelde & Mardaras fueron los encargados de habilitarla. 
En el barrio de Gros, en Donosti, está el Aloña Berri. Joserra Elizondo, el mismo que ha escrito el libro Aloña: Solo Pintxos, atiende cordialmente tras la barra. Explica amablemente cual es el ingrediente de cada pintxo. Pacientemente."I've nothing much to offer
There's nothing much to take
I'm an absolute beginner"
(David Bowie)

Este agosto hemos paseado bajo la luna de Budapest a orillas del Danubio y por las calles empedradas de Praga. Hemos bebido su exquisita cerveza, saboreado goulash, codillo y salchichas. Nos hemos sumergido en sus maravillosos Spas de aguas medicinales y hemos probado el strudel de cerezas acompañado de café vienés.
Hay un refrán que dice "(...) mejor un cerdo que da jamones".
En la novelas de William Faulkner siempre hay un personaje o varios que beben apasionadamente whisky sour en destilerías clandestinas, mientras afuera el calor languidece los campos de algodón de los Estados del sur. Y el whisky sour no es una bebida cualquiera, sino un cóctel con mucho bourbon - el particular whisky dulzón del sur de Estados Unidos -, una pizca de azúcar y limón, mucho limón. Esta bebida mezclada forma parte de la mitología del profundo sur como los barcos flotantes sobre el Mississipi, las plantaciones y los esclavos, los funerales interminables y las bandas de música tocando algo indescifrable y borroso, algo así como Jazz, justo a principios de siglo.
Entre el ruido y la furia de las calles de Nueva Orleans, con sus magnolios de flores blancas y olorosas, una parada en el camino para tomar un whisky sour....
En una coctelera, ponemos 7 u 8 hielos con las pinzas. En el vaso de la coctelera echamos 4 cl. de whisky, 2 cl. de zumo de limón con 10 gr. de azúcar. Cerramos la coctelera y la agitamos, rítmicamente y con un buen movimiento de caderas tipo chá-chá-chá, durante unos segundos hasta fusionar bien los diferentes elementos. Abrir la boca de la coctelera y servir por el filtro en una copa de cóctel. Ayudándonos de la pinza (esto es de manual, yo aconsejo usar el dedo índice y el pulgar) se deja caer una guinda roja dentro del cóctel.

Didi-Huberman menciona a T. Bhartélémy en uno de sus libros. Cuenta que era un médico francés que escribió su nombre sobre el cuerpo de una mujer.
Luego le ordenó que sangrara a través de las letras a las cuatro en punto de aquella misma tarde.
La mujer sangró, y según el informe el nombre se mantuvo legible durante tres meses.

El bar, se llama Xukela.
El poema,
El Antillano.
LLegamos a Bilbao,
Tras dos años y siete meses
regreso a tí, ciudad maldita y metida en
lo más
hondo de mi pecho.
Bordeamos
la peña de Orduña,
rozamos
los aledaños de Orozco.
Al fondo,
al fondo, cada vez más próxima,
más adusta y oxidada,
más
entrañable
BILBAO
Blas de Otero
22 de junio de 1968
Este fin de semana he pensado mucho en este señor, Isaiah Berlin, y en su libro de erizos y zorras. "Mientras que el zorro conoce de muchas estrategias, el erizo sabe de una sola y grande". El filósofo inglés utilizó esta sentencia para clasificar a los seres humanos según su comportamiento, su temperamento e incluso su personalidad. Existen las personas "erizo" y existen las personas "zorro". También creo que podemos ser las dos cosas dependiendo del momento y de nuestros intereses. Elogio de la zorra y el erizo
(Fabián Bosoer)No es una versión apócrifa del horóscopo chino o de una fábula de Esopo sino la forma sutil y poética que encontró el filósofo Isaiah Berlin para caracterizar posturas frente a decisiones de nuestras vidas.
Imaginemos, por un instante, que el mundo deja de estar poblado por "lobos" y "corderos", "halcones" y "palomas", réprobos y elegidos, héroes y villanos, dirigentes y gente de a pie identificados por su pertenencia nacional, étnica o religiosa, o por su clase social o apariencia estética. Imaginemos que esa misma entreveradahumanidad se distinguiera entre "zorras" y "erizos".En un breve ensayo escrito hace 50 años, Berlin parte de una simple frase del poeta griego Arquíloco: "La zorra sabe muchas cosas; el erizo sólo sabe una, pero la sabe muy bien".
Y señala el abismo que hay entre quienes lo relacionan todo con una única visión, que da significado a cuanto son, dicen y hacen, y aquellos otros que van y vienen por la vida persiguiendo muchos fines distintos, a menudo inconexos y contradictorios.
La zorra gana en muchos terrenos, dice Berlin, pero pese a su astucia, se da por vencida ante la única defensa del erizo. ¿Quién no conoce a alguna persona con rasgos típicos de zorro o erizo?
La cuestión se complica, sin embargo, ya que todos —individuos, partidos, países y pueblos— podemos jugar como erizos y zorros a la vez. Lo que significa que podemos a cada instante encontrar debilidades allí donde creemos ver fortalezas, y viceversa.
Es lo que le ha ocurrido, por ejemplo, a los Estados Unidos en sus relaciones con el mundo a partir del tremendo golpe terrorista del 11 de setiembre 2001, y lo que pasa con tantos israelíes y palestinos que han perdido la capacidad para distinguir a víctimas de victimarios, al otro lado.
En un mundo de erizos y zorras nadie está condenado de antemano; todos tienen su oportunidad y su lugar, así como la posibilidad de colocarse —o de quedar situados—en el lugar del otro; de intercambiar papeles y aprender de la otra mirada, de apostar y tomar partido, sin fanatismos ni fatalismos. No es ni de lejos una visión idílica del mundo; pero hace del pluralismo, además de una idea valiosa, una herramienta útil y efectiva.
No hay fiestas en Euskadi que se precien sin sus txosnas, los katxis de kalimotxo, el bocata de chorizo a la sidra o de tortilla de patatas. Si alguien no las conoce, tenga la edad que se tenga, recomiendo una noche de txosnas en las fiestas de cualquier lugar de Euskadi. Es una cura de humildad. El vino es malo, malísimo. Por eso se mezcla con coca-cola. Servido en vaso de cartón o de plástico, en el mejor de los casos, al principio sabe raro. Al tercer kalimotxo está todo riquísimo. El ambiente es el que embruja. Y por eso lo he recomendado. En las txosnas, la gente es maja, divertida, alegre, risueña, cantarina. Es el embrujo. Esa misma gente en un pub o en un bar es diferente. Todos. El embrujo influye por igual en gente autóctona, limítrofe, austral, del norte, del extrarradio o extranjera. Por eso, cuando se conocen las fiestas (en su esencia), la gente vuelve. Año tras año.
En el puerto viejo de Algorta las escaleras de piedra llevan a una serie de callejuelas empedradas y con casitas blancas llenas de geranios y buganvillas y a una estatua de una bella pescadora que recuerda el pasado pesquero del pueblo. Es un sitio encantador que los fines de semana se llena de gente joven, familias, cuadrillas e incluso solitarios paseantes.

"El mahón curado va muy bien en aperitivo con frutos secos. En combinación con frutas frescas, destaca su buena armonía con las uvas. "
"En el Queso Mahón-Menorca Artesano, que es el elaborado con leche cruda recién ordeñada, el moldeado se realiza embolsando la cuajada en un lienzo de algodón, denominado "fogasser', suspendiéndolo por sus cuatro vértices; colocado sobre una mesa se procede a eliminarle el suero y dar cohesión a la masa, por prensado manual, ligándolo con un cordel llamado "lligam". A continuación se coloca la pieza en una prensa y, al retirarlo de la misma, en la cara superior del queso queda grabado en relieve un dibujo denominado "mamella", originado por los pliegues del lienzo y el atado. Se introduce en salmuera y posteriormente es trasladado a locales ventilados donde se orea y comienza el desarrollo de la flora superficial, pudiendo pasar luego a las cavas de maduración. "
Ayer a la tarde fui a la Fnac a comprar cuatro entradas para ver a Najwajean hoy en la sala Santana de Bilbao. Hice la cola toda formalita y me regalaron un libro. Se llama Cuentos y Leyendas de Bilbao. Es un libro curioso, como todos los que últimamente me caen en las manos. En el libro viene el poema que escribió Bertolt Brecht y que tituló Bilbao Song. Está dedicado a la luna de Bilbao. Al igual que García Montero escribió su sonata triste para la luna de Granada, Brecht lo hizo a la belleza de la luna de Bilbao. Brecht nació en Ausburgo en 1898, y después de la Primera Guerra Mundial se fue a vivir a Munich. Allí se encontró con la militancia de izquierda, y sus obras teatrales reflejaron una profunda crítica a la sociedad de la época. En 1924 trabajó en Berlin con el director Max Reinhardt, pero sobre todo dio a conocer su mensaje social con la ayuda de su grupo teatral. También en Berlín y en 1928 empezó a colaborar con el compositor de música Kurt Weill, y después de visto el éxito logrado con algunas obras, un productor teatral les encargó la continuación de una obra anterior, “Die Dreigroschenoper” (opera de tres peniques). Volvieron a reunirse los dos amigos en 1929, y Brecht escribió “Happy End” (Final Feliz), y Weill compuso la música.
La obra mostraba el juego entre el bien y el mal, con la ironía y perspicacia propia de
Brecht. Aunque el libreto lo escribió la secretaria de Brecht, Elisabeth Hauptmann, el dramaturgo completó los poemas de la obra. Uno de aquellos poemas era el llamado “Bilbao Song”. Weill musicó todos, y desde entonces esta bella obra ha sido representada cientos de veces con gran éxito por todo el mundo. En “Happy End”, los autores reflejaron con una ambientación extraordinaria el amor entre una chica de la Armada para la Liberación y un gangster, y Brecht produjo un escándalo el día del estreno, 2 de septiembre de 1929. Bertolt utilizó a su mujer como actriz, y en el discurso final, hizo que leyese unos fragmentos del Manifiesto Comunista.
La obra de Brecht, en tres actos, dio un salto desde los escenarios de Alemania y Estados Unidos a distintos países, y entre los actores y actrices que la han representado desde entonces, se puede encontrar a gente como Liza Minnelli y Meryl Streep, entre otros.Weill compuso para la obra una selección bellísima de música, y hoy en día aún se tocan las piezas de este melodrama en muchos escenarios del mundo, como nos demostró Woody Allen en el concierto que dio en San Sebastián. Desde 1929 muchos músicos y cantantes de renombre, han interpretado el famoso “Bilbao Song”. El músico de jazz Andre Pervin llevó la composición de Weill a las listas de música de EE.UU en 1961. Hizo lo mismo, cantando en francés, la quebequiana Pauline Julien en 1966, y en inglés Andy Williams en 1996 y Marianne Faithfull en 1998. También hay una versión en español, del cantante Víctor Manuel, grabada por su mujer Ana Belén en 1999.¿Pero estuvo Bertolt Brecht en la capital vizcaína para componer “Bilbao Song”? No hay ninguna referencia, y seguramente todo lo que dice el poema es fruto de la imaginación de Brecht. De cualquier modo, eso no resta importancia al valor del poema. Bilbao y Brecht están unidos para siempre por esta canción. (Escrito por Josemari Velez de Mendizabal)
No es fácil olvidar la luna de Bilbao.
Allí vivió el amor
luna de aquel Bilbao.
Tantos deseos,tantos recuerdos
están conmigo hoy,los llevo dentro.
Noches de amor,de diversión
cantando esta canción.
Y es que no hay lugar donde uno pueda estar
tocando el más allá,como en Bilbao.
Si vienes a Bilbao
la luna encontrarás.
Allá en lo alto está
deseando saludar.
El amor pasa
y ella no cambia
te embruja el alma con
su luz plateada.
Sé que les vuelvo a contar siempre el mismo cuento.
Y es que no hay lugar
donde uno pueda estar
tocando el más allá,como en Bilbao.